Sus ojos parecen dos chispitas en el cielo claro de su mirada. Su risa es contagiosa. Kirsten, estudiante Seniors de Doceavo, en Tree of Life International School, es una joven de diecisiete años preocupada por el Planeta. Cuando repartieron las cartas del mazo de su vida, le tocó ser la hija de los directores de la escuela. Con esa mano, vinieron los pros y los contras: quizás, sólo quizás, hacer amigos resultó un poco más difícil por si iba con el cuento de alguna travesura con los mandamases del cole, lo que quizás, solo quizás, le aseguró amigos verdaderos. Además le agregó responsabilidades: ella y su hermana debían colaborar, también estar en todas, en los clubes después de hora de clase, y por supuesto, ser el ejemplo, ser el ejemplo, ser el ejemplo.

Quizás desde ese temprano rol de ser el ejemplo, le quedó este impulso por inspirar a otros. Quizás al haber nacido en el seno de una familia preocupada y ocupada en cuidar al Planeta, le tocó el saber tan temprano que sus acciones tenían consecuencias y que dejar las luces prendidas o usar demasiada agua podía afectar a algún pingüino en la zona austral o a un oso polar en el Ártico.

Lo cierto es que esta temprana conciencia del efecto mariposa que tenemos los humanos, le dio a Kirsten su arma más poderosa: una sensibilidad que la conecta con los demás. Y esa sensibilidad y conciencia despierta la llevará bien lejos, hasta los confines de la Tierra. Y es que esta joven costarricense, nativa de las selvas, playas y volcanes pronto podrá mirar una horizonte blanco de hielo: la Antártida. Junto con otros 99 jóvenes del mundo, y siendo la más joven del grupo, formará parte de una expedición que reúne los corazones más comprometidos y las mentes más brillantes, con la meta de convertirse en los mejores activistas ambientales. En esta edición entrevistamos a la joven para que nos cuente más sobre este sueño de salvar al mundo.

 

Kirsten cree que sólo se necesita una persona para empezar el cambio.

 

Cuéntame sobre cómo surgió tu interés por el medioambiente.

-Desde pequeña siempre estuve muy conectada a la naturaleza: mis papás siempre me llevaron a hacer caminatas … Mis vacaciones y tiempo libre siempre han sido afuera y eso me ha llevado a tener más cuidado con el medio ambiente. Antes de sexto grado me enseñaron que, cuando mantengo la luz de mi cuarto por mucho tiempo prendida, los glaciares se derriten por el uso de energía y eso me daba pavor porque mi animal favorito es el oso polar. Ahí comencé a entender que mis acciones siempre, siempre (enfatiza), van a tener consecuencias en mi ambiente.Esa fue mi primera señal de activismo, porque siempre decía a mis abuelos, “¿por qué mantienen la tele prendida?, ¡van a matar a los osos polares! “(Se ríe).

En el 2015, cuando fue la conferencia de París, me empecé a interesar más por el cambio climático. Noté que había migrantes por esta razón y me di cuenta de que esto era algo mucho más grande: no afectaba solo a los osos polares o a los pingüinos, sino que todo lo que hace que funcione nuestra Tierra (los corales, etc), se va degradando. En el 2018 me uní a la organización “Jóvenes por el Clima” y trabajé con la comunidad de Santa Ana para ser una activista ambiental. Armamos leyes con un grupo de escuelas de Santa Ana, en el cual se buscó que los jóvenes tuvieran la oportunidad de tener una voz en el sistema judicial. Ocho estudiantes de esta escuela, en total 22 estudiantes de Santa Ana, participamos. Para ello tuvimos que estudiar las leyes actuales de Costa Rica para la mitigación del cambio climático, de mantenimiento de residuos, etc. De esta forma, tuve la oportunidad de ver qué exactamente estaba haciendo el país para reducir sus emisiones.

-¿Qué opinaste, cuál fue tu conclusión después de tu análisis?

-Mi conclusión fue que Costa Rica toma demasiado tiempo en hacer leyes. Bueno, cualquier país, porque somos un país democrático, por lo tanto, hay muchas personas que tienen que tomar decisión, y cuando no es urgente, o no piensan que es urgente, no la llevan a pasar. Por ejemplo, estudiamos una ley que se hizo ese mismo año para hacer los recipientes de esteorofón ilegales en los restaurantes y recién este año se encargaron de hacer la ley práctica.

Cosas así me pusieron a pensar que es mucho más complejo que sólo decir, esta es la ley del país y se pone en práctica. Es un tema de entendimiento de toda la situación de Costa Rica, desde los más pobres a los más recursos. Vi el tema más socioeconómico del cambio climático.

Es un tema de vulnerabilidad y adaptación. Cuando un sector no tiene recursos, va a tener muchos más problemas recuperándose de un desastre natural, y por el cambio climático estamos sufriendo más desastres naturales. En Costa Rica, que tiene una tasa muy alta de pobreza, somos muy vulnerables al cambio climático, pero por ser líderes en esta carrera por la mitigación del cambio climático, no nos ponen atención, porque dicen que somos muy ambiciosos. Entonces no nos dan el financiamiento apropiado para que podamos hacer todo lo que quisiéramos.

 

La joven entrevista a un activista de otra organización ambiental, LAST, con la cual está en contacto.

 

-Más allá de esta parte de investigación, concretamente con este grupo Jóvenes por el Clima, ¿tienen algo proyectado?

-Nos invitaron a la Conference of the Parties (COP), donde firmaron el Acuerdo de París. Mandan delegados de cada país y negocian los nuevos acuerdos, los NDCs, ese es el plan de cuánto cada país va a emitir en dióxido de carbono. La meta de la COP es asegurarse que todo el planeta no incremente a 2 grados Celcius.

¿Qué te ves haciendo en el futuro próximo?

-Después de ir a la COP, tengo un proyecto de hacer una expedición a la Antártida en marzo, junto con otras personas con el mismo interés de ayudar al mundo. Nos van a ayudar a ser mejores activistas y a generar proyectos en mi comunidad, me va a permitir hacer más “networking”. Van cien personas, en este momento, soy la más joven del grupo, el enfoque es de personas de más de 20, que ya tienen trabajo y pueden influenciar. Para mí, es una oportunidad de conocer más gente, para tener más influencia en mi comunidad.

-¿Cuál sería tu objetivo como activista? ¿Qué entendés por activismo?

-Es trabajar con la comunidad para educarnos en mejorar el espacio donde vivimos. Actualmente, la mayoría sabe qué es el cambio climático, que los recursos son limitados, y el problema no es eso, es que todavía piensan negativamente. Por ejemplo, estaba hablando con unos amigos, y la mayoría tiene esta forma de pensar, y dicen “soy solo una persona, ¿qué puede hacer una persona para reducir las emisiones, la cantidad de desechos?”. Entonces cuando compran una botella de plástico, aunque sepan que están dándole más mercado a ese tipo de industria, todavía piensan que una persona no va a hacer tanto cambio.

Como activista quiero que las personas que me rodean sepan cuánta importancia tienen al existir, y cuánto pueden cambiar solos. Siempre tendremos un efecto en el mundo, quiero asegurarme de que ese efecto sea positivo.

 

 

La estudiante de Seniors sabe que todas nuestras acciones tienen impacto en nuestro planeta.

 

-¿En qué áreas pensás que tienes fortalezas como activista y qué áreas tienes que formarte más?

-(Suspira). Odio las redes sociales… bueno, no las odio. Pero siempre tengo problemas de publicar en redes sociales y convertirme en una figura pública. No me gusta pasar tiempo en redes sociales, siento que puede afectar el estado mental de uno, las comparaciones y todo eso, y no quiero pasar mi tiempo en mi celular, quiero estar afuera corriendo, o en la naturaleza. Eso es lo que me dificulta mi proyecto, las redes sociales. Adonde me siento más fuerte es respecto a las personas que conozco, porque mis papás son los directores de la escuela y ellos tienen contacto con los padres de familia, y les agradezco que me den esta oportunidad, pero creo que esa es mi fortaleza. También de saber lo que sé y de saber lo que no sé. Entonces siempre sé que estoy dispuesta a aprender. Mientras, me aseguro de tener en mente, que yo sé que no estoy enteramente en lo correcto, que siempre puedo ser mejor. El hambre de aprender es muy importante para mí y creo que es bueno.

-¿Alguna vez sentiste que había algo que no podías hacer o que te frustraste en esta nueva actividad que asumiste?

-Sí, al principio, cuando estaba en “Jóvenes en el Clima” no estábamos haciendo nada, y éramos una de las primeras organizaciones que hacía esto: convocar jóvenes de las escuelas públicas y privadas y capacitarlos en temas ambientales. No estábamos haciendo ningún proyecto en el que estuviéramos ayudando a mi comunidad. Me organicé con la directora y le hablé sobre mis frustraciones. En ese punto no sentía que podía hacer mucho, tenía 14 años y no sabía cómo hablarle a la gente, cómo hacer que mi comunidad haga algo.

Esa fue una de las primeras veces que me frustré, me di cuenta de cuánto no podía hacer. La segunda vez fue cuándo mis amigos estaban bromeando sobre el cambio climático, y sobre los problemas con los recursos, los materiales desechables. Durante un tiempo siempre decían: “Ah, Kirsten no hace eso, porque cree que puede hacer una diferencia”. Me di cuenta de que no todos entienden cuánto efecto tiene esto en el mundo y no me toman en serio. Todavía soy muy joven, entonces no me toman tan en serio como tomarían a alguien más grande.

-¿Cuándo tus amigos decían “esto no lo hace Kirsten”, a qué se referían?

-Los invité para cocinarámos en casa juntos, y estábamos en el supermercado y decían: “ah, Kirsten no puede comprar una botella de plástico”, y la verdad es que no, yo NO quiero comprar una botella de plástico.

Kirsten ayuda en la tarea de reforestar manglares en la Península de Osa.

 

-¿Qué estás haciendo, cómo consigues los víveres, cómo reduces el plástico? ¿Es algo que haces en familia?

-Sí, lo hacemos en familia, sino fuera por ellos, no sé si tendría este impulso por tener una vida más sostenible. Vamos a la feria, ahí compramos los vegetales, carnes y lácteos. Traemos nuestros propios tuppers donde ponen el queso, traemos nuestra botella de vidrio para que nos llenen con la leche, la crema. Vamos a comprar a tiendas de granel, donde compramos las harinas, el bicarbonato. Cuando vamos al supermercado, tenemos dos reglas para no comprar: ¿trae empaque de plástico o desechable? ¿es importado?

-¿Si es importado por qué no? 

-Porque se genera mucho dióxido de carbono en el transporte. Valoramos si está en plástico, o es importado. Hay ocasiones en que es importado, pero el empaque es certificado B, es decir, es biodegradable; básicamente el producto es sostenible, pero importado, entonces lo compramos para apoyar ese mercado, para ayudarlos a crecer y expandirse.

Con la ropa, tratamos de comprar todo local. Otras veces vamos a tiendas americanas, o tiendas en la playa que hacen confecciones locales. Cuando queremos comprar algo nuevo (que a veces queremos que sea nuevo) podemos hacerlo en tiendas online como Refurbished, con materiales reciclados, o en las cuales usan recursos no  escasos, y no son fast fashion: la producción es humanitaria.

Todo lo que está sucediendo en fast fashion es muy malo para el ambiente. Yo digo que los activistas ambientales son humanitarios porque estamos cuidando a los seres humanos, asegurando que su ambiente es saludable de vivir.

Kirsten sabe que cada acto, por pequeño que sea puede inspirar a los demás.

 

-¿Vos te considerás una líder?

 -Creo que sí. Sí me considero líder, pero todavía tengo muchísimo que aprender y crecer, entonces siendo líder con la capacidad que tengo ahora, pero estoy lista para crecer más. Pero sí, soy líder.

-¿Cómo entiendes el liderazgo?

Ser líder es sólo ser parte del equipo. Para mí ser líder es ser el mejor trabajador de equipo, el que contribuye más en el equipo; para ello debes entender a tus compañeros y ser el modelo en lo que puedas resaltar.

-¿Crees que tienes las habilidades interpersonales para inspirar a otros?

-Honestamente, siempre me han dicho que sí. Siempre estoy sonriendo, y mucha gente me ve como la hija de la directora y miran hacia mí para el ejemplo, sea bueno o malo. (Se ríe).

Y eso me ha dado una oportunidad gigante para ser una líder, además de que me importa mucho lo que pasa en mi comunidad. Entonces lo que está pasando en la escuela, siempre me meto, al Talent Show o ayudo con el Bingo, siempre estoy tratando de ver cómo puedo ayudar en la escuela, y creo que eso me hace una líder en mi comunidad.

Cuéntame sobre un líder o una líder a quien admires y que te inspire a seguir.

-Mi mamá (Se ríe). Ahorita mi inspiración sí llega de mi mamá y mi papá mucho, sino Greta Thunberg, una ambientalista de mi edad. Ha logrado inspirar a mucha gente a ser más sostenible. Lo único que no me gusta sobre ella es que se enfoca en culpar y decir “ustedes están haciendo esto mal”, lo cual es efectivo, pero se enfoca mucho en lo negativo, y yo soy una líder que se enfoca más en lo positivo: soluciones, no en problemas.

 

Su sueño es ser una activista ambiental, una líder positiva.

 

-¿En qué área piensas que puedes formarte para brindar soluciones a este problema?

-Ahora en este momento tengo mucha influencia en la escuela, entonces puedo organizar viajes a la playa para recolectar basura o trabajar en proyectos ambientales que potencian la economía local de una manera sostenible.

En el futuro quiero estudiar Ingeniería Ambiental o Ingeniería Mecánica con énfasis en algo natural, y para eso siento que va a ser muy importante ser una activista ambiental, o estar más dirigida hacia la sostenibilidad.

-¿Crees que la educación es clave para todo esto que está pasando? ¿Te ves involucrada en educación?

-Sí, de una forma… No quiero ser profesora… porque ya ha habido dos o tres generaciones de profesores en mi familia… quiero educar a mi comunidad y a las personas que están alrededor mío.

-¿Te consideras una líder que en sus proyectos los dirige con la pasión o la razón?

-Hay que tener un balance con ambos, porque si yo dirijo proyectos con todo el corazón en un tema tan apocalíptico como el cambio climático, creo que lloraría, porque hay muchos problemas. Entonces debo tener una parte racional. Pero para conectar con la gente siento que es más efectivo dirigirme con el corazón, porque todos tenemos corazones, y no todos tenemos la misma manera de pensar. Si yo les demuestro qué tan importante mi ambiente es para mí, tal vez los puedo inspirar. Sé que no le puedo llegar a todos, pero llegándole a uno es muy importante para mí.

-¿Qué mensaje le darías a otros jóvenes que están pensando en ser líderes, pero no se animan?

 -Creo que les recomendaría: solo dar el salto, porque una vez que ya hiciste el salto hay muchas personas que pueden atraparte, que pueden ayudarte a volar, especialmente en esta escuela que nos dan tanto apoyo en ese sentido. Entonces si ya tienen una pasión, si ya tienen algo por lo que quieren pelear, los invito a solo dar el salto y comunicar a sus familias que quieren hacer esto, porque el primer paso es decirle a sus familias y sus amigos qué les apasiona, y después pueden ver qué pueden hacer para ser líderes en este ámbito.

Si quieres luchar por algo y ser un líder, “sólo tienes que dar el salto”, recomienda Kirsten. “Siempre hay alguien que te ayudará a volar”.

 

Entrevista por Alicia Nieva

Fotografías por Leandro Natale

Para seguirla en redes: Perfil de IG: Kirsten White