Tree of Life International School celebró el Día de la Familia con la comunidad. La cita fue en la Hacienda El Rodeo el segundo sábado de mayo. Actividades como alfarería, baile y narración oral para los niños, yoga, escalada, y juegos en la espuma se sucedieron a lo largo del día en un clima festivo y de disfrute.

El día soleado congregó a los asistentes que, lentamente, fueron cayendo al encuentro. Las familias que participaron, disfrutaron de un encuentro ameno, y gozaron de la oportunidad para estrechar los lazos que la pandemia debilitó en los últimos años.

El Día de la Familia forma parte de la filosofía de la escuela. Tree of Life International School promueve el fortalecimiento de la comunidad. Propicia espacios de recreación, comunicación y juego entre los padres y sus hijos, junto a otras familias. Por ello, el encuentro cara a cara permitió ver las sonrisas y la alegría de juntarse nuevamente. También permitió compartir en un entorno amistoso con los miembros de la comunidad.

Al respecto Christian White, director de la escuela, nos dijo: “el Día de la Familia es muy importante para la escuela porque conocemos a las familias. Tenemos una oportunidad de ver a los chicos en ambientes que no sean los escolares. También podemos conocernos más, ver los intereses, las dinámicas familiares. Es una chance para que nos conozcan también, en otro plano, que tengamos la oportunidad de disfrutar y compartir juntos. Esto es muy importante para la creación de lazos y para que los chicos se sientan bien en la escuela. Es muy diferente cuando un chico ve que sus papás tienen una relación con sus profesores y con nosotros”.

“Para mí es super importante tener estas oportunidades de conocer a las familias. La experiencia de este pasado día en familia me encantó, por la participación, por ver a los padres interesados en conocer a otros padres. Fue una experiencia muy rica, muy linda con todos los papás”, remarcó Christian.

Conversamos con algunos padres sobre su experiencia en el día de la familia. Victoria, mamá de Tamara de El 2, nos dijo: “Luego de 2 años de no poder disfrutar junto a otras familias, Family Day fue una experiencia linda. Ver a nuestros hijos llenos de felicidad en un lugar tan hermoso fue muy emocionante. Nos dimos cuenta de la falta que hace tener ese contacto humano y el poder compartir momentos especiales junto a otras familias. ¡Nos encantó poder ser parte de esta experiencia!”

“Me pareció chévere, fue una actividad sencilla, pero bonita, porque la idea era que todos compartiéramos como familias. Yo aproveché para conversar con otros papás. Los chicos disfrutaron un montón y a mi sobrina le encantó bañarse en la piscina. Nos encantó el lugar, de hecho queremos volver allí. Octavio disfrutó porque tenía para trepar, le encantó la piscina de espuma y la comida estuvo bien porque era algo corto, los choripanes fueron un éxito. Me gustó mucho la actividad”, nos contó Francy, la mamá de Octavio de El 2.

“Sofi disfrutó mucho de la piscina y del inflable con el jabón. Y de compartir con los amigos. Para mí fue bonito ver caras sin mascarilla, pero todavía no conozco a tantas personas, así que más que nada, fue disfrutar de la alegría de Sofi y conversar un poco con dos o tres familias”, nos contó Vanessa, la mamá de Sofía.

“Fue nuestra primera experiencia en Family Day y como familia, para nosotros cuatro, ha sido excepcional y muy linda. Pudimos compartir y conocer con nuevas familias. Todo el tiempo nos sentimos parte de una gran familia, involucrados, felices, llenos de vida por poder compartir con más familias Tolis. Prácticamente nos encantó todo el evento, desde que llegamos en el carro nos sentimos bien recibidos por el cariño de Christian, el director. Eso hizo desde el inicio una gran, gran experiencia y superó las expectativas de todo el evento”, nos compartió Anita, mamá de Valeria.

Varios profesores aprovecharon para asistir con sus familias y disfrutar también del evento. Kathleen, profesora de Sección A, nos compartió sus apreciaciones: “Me divertí muchísimo. Todos fueron muy amables y nos hicieron sentir bienvenidos. Mi esposo e hija nadaron y todos probamos los helados en cono. ¡Incluso mi perro la pasó genial!”

Johana, profe de Sección B, también fue con su esposo y su hijo y ella nos contó: “Fue una experiencia súper linda. Me encantó ver a las familias, compartir la armonía y el espíritu familiar de todos. Rescato la alegría, carcajadas de grandes y peques.”

Los niños pudieron escuchar maravillosas historias a la sombra de las copas de los árboles, narradas por Gloriana Massis de Pachanga. Los rugidos de leones, chillidos de monos, y ulular de los búhos resonaban en el aire matutino junto con la brisa, y las carcajadas de los más pequeños se sumaban a este concierto animal. Completamente atentos a su interlocutora, los niños lograron abstraerse de todo y sumergirse en el increíble mundo de la selva.

Otra actividad que congregó a los asistentes fue la clase de yoga que dio la profesora Beatriz. Ella nos contó cómo se sintió compartiendo con los padres: “Mi experiencia dando una clase de yoga a los padres de familia fue muy bonita porque fue una oportunidad para verdaderamente conectar con las personas que estuvieron ahí presentes, de una manera genuina”.

Muchas veces las conversaciones se limitan a hablar de el desenvolvimiento de los estudiantes, sin embargo poder conocer a las personas más allá de un entorno laboral o educativo permite poder empatizar más y conocerse desde otras faceta de la vida.
También fue una oportunidad para que los padres pudieran tener una idea de esa energía que como profesora se le puede transmitir a sus hijos, viviendo desde si mismos lo que es recibir una clase, aunque en un entorno y clase diferente por lo menos lograron percibir esa esencia que como profesora trato de mantener.”

Mientras los padres armonizaban con las energías internas y las de la naturaleza, en otra parte, las energías burbujeaban y fluían con gran electricidad. Muchos chicos se deslizaban velozmente en la espuma y patinaban libremente. La máquina de espuma fue el deleite de los jóvenes y los niños pequeños, quienes indagaban y esculpían con la etérea espuma. Algunos inclusos decidieron disfrazarse de muñecos de espuma y arrancaron carcajadas a sus padres, gozosos.

Las pompas de jabón flotaban en el aire y se pegaban al cuerpo, los chicos se divertían hundiéndose en el agua mojada, lanzándole jabón a los amigos, bailando con la luz irisada que creaba arcoiris espumosos. Sumergidos en un espacio calidoscópico, los niños y jóvenes chapoteaban a gusto, y se lanzaban con arrojo a los costados del inflable, con explosiones de risa contagiosa.

El día estuvo ideal para usar traje de baño y conversar con amigos en la frescura de la piscina. Fue una oportunidad para poder ver rostros distendidos, expresiones felices en los chicos y pasar el día en un entorno de naturaleza.

Algunos chicos optaron por realizar diferentes figuras de arcilla bajo la supervisión de los maestros alfareros de Oika, quienes acompañaron a los pequeños en su modelado dándoles recomendaciones. Tazas, animalitos, extraterrestres, gatos, perros se sucedían unos a otros creándose frenéticamente en las manos de los niños.

El Día de la Familia transcurrió animado y con ritmo en Ciudad Colón. Los cantos de los pájaros y los gritos alegres de los chicos, las conversaciones animadas de los padres y la música fueron parte de un día feliz.

Y cada tanto se oía el “splash” de algún niño que saltaba bien alto hasta la piscina salpicando a todos los presentes.

 

Texto por Alicia Nieva

Fotografías por Leandro Natale