Por Wen Li

 

 

El año nuevo chino lleva en China el nombre de¨chūn jié¨(Festival de Primavera), cuya fecha siempre cae en el mes más frío en China, entre enero y febrero por el cambio de calendario lunar. Es el festival más importante de todos los que tiene la comunidad china, y su objetivo es darle la bienvenida a la primavera. 

Todas las celebraciones de esta festividad empiezan con una migración masiva. Un mes antes del Festival, la nostalgia moviliza a miles de personas que viven en una ciudad distinta a la natal por trabajo, y estas viajarán miles de kilómetros para celebrarlo junto con su familia. En la época alta, es normal que se acaben 5,600,000 billetes de tren en un solo día. 

 

Como todos los países que celebran Navidad, en el Festival de Primavera, una cena familiar es imprescindible, en la que compartimos historias y recordamos el pasado, mientras comemos platos ricos y vemos la Gala Nacional de Celebración. 

Es muy difícil dormir antes de la una de la madrugada debido al atronador chisporroteo de los fuegos artificiales. 

En el primer día de año nuevo, de esta celebración de dos semanas, los adultos reparten ¨hóng bāo¨(sobres rojos) a los niños y, después de la alegría de ¨ganar dinero¨, más actividades estarán esperando a la gente fuera de la casa como la danza de dragón y león, ir a pedir la bendición en el templo tanto de budismo como taoísmo, así como ir a la Feria de Luces o simplemente quedarse en casa disfrutando la reunión familiar. 

 

 

Tenemos doce animales en nuestro sistema de horóscopo, en realidad, en el calendario lunar, los chinos no usan números para decir los años, sino que tiene que ver con los doce animales. Por lo que cada año es un ánimo nuevo. Cada persona tiene su propio animal, según el año en el que nace. Y creemos que cuando le toca pasar el año de su animal, siempre va a pasar algo. Para protegerse de la mala suerte, la gente a la que le toca su año, debe llevar algo rojo encima durante todo el año.

Después de un descanso con toda la reunión familiar y la bendición que se pide por la familia, uno empieza de nuevo con la batería recargada para seguir su propia historia.

 

Fotografías: Leandro Natale