El aula de Early Childhood II es un lugar lleno de personitas cuyos tamaños oscilan entre lo pequeño y lo minúsculo. Con sus muros cubiertos de ilustraciones, carteles y modelos de cartón de los alumnos, las profesoras Rebeca y Astrid han creado un espacio único donde la expresión tiene tantas aristas como cabellos en la cabeza de un niño. Hoy vengo a ver alguien en particular.

 

 

Me enteré sobre Sebastián hace unas semanas, durante la función de “Cuentos de Anancy” elaborada por Lucía Bonilla Mena. Durante el recreo, estábamos conversando sobre la expresión plástica y el rico mundo interior de cada persona. Como una niña orgullosa de su dibujo, Rebeca se metió en la conversación para contarme sobre un alumno suyo. Juró por su habilidad con la plastilina, haciendo particular hincapié en su atención por el detalle. Armamos una cita, y eventualmente me encuentro en su aula, documentando el trabajo de Sebastián.

 

 

Arribo justo para la hora de plastilina y play doh. Los alumnos corretean excitadamente por la clase, jugando entre ellos. Sebastián está sentado prolijamente enfrente de 10 colores. Me saluda atentamente. Su voz es delicada, de volumen suave pero con un timbre medio alto, denotando su emoción. Una parte es por la alegría de ser entrevistado, de poder mostrar su trabajo. Pero, ante todo, está con ganas de crear.

 

 

Inmediatamente se pone a trabajar. Para esta muestra, la temática fue el videojuego “Plantas vs Zombies”.

 

 

Su concentración es sorprendente. Agarra las varas de plastilina sin dudar, cortando con exactitud la cantidad necesaria para cada color. No hay bolitas de material excedente. Sus compañeros vuelan a su alrededor, fascinados por ver qué saldrá de esas manos. Sebastián les habla, pero no retira su mirada de su meta. Por un momento imagino a su mente imaginando.

 

Las obras

 

Usaremos las descripciones del juego para explicar cada personaje:

 

 

A la izquierda: “Sí, es un viejo peludo, pero el Cococañón aún es capaz de disparar a toda mecha. Tiene mucho pelo porque esta esperando a depilarse.”

A la derecha:  “El zombie vaquero es un zombie del salvaje Oeste. Quiere comer sesos”.

 

 

“Las plantas carnívoras engullen zombies enteros, pero tardan un tiempo en tragárselos, así que mientras mastican otros zombis se las pueden comer.”

 

 

Repetidora es muy dura, se crió en las calles, no consiente chulerías ni a plantas ni a zombis, y dispara guisantes para guardar las distancias, aunque en realidad, Repetidora está falta de cariño.”

 

 

“Tienes suerte de tenerme en tu bando”, dice Petaseta, la seta explosiva. “Yo podría destruir todo lo que aprecias. No sería difícil”.

 

 

A la izquierda: “El Hielaguisantes lanza guisantes que dañan y congelan al zombi haciéndolo disminuir de velocidad.”

A la derecha: “La habilidad de Rabo de gato consiste en disparar espinas que pueden atacar a cualquier zombie del patio.”

 

 

“El Jalapeño acumula su energía y la libera en una explosión que arrasa con todos los zombies en una línea.”

 

 

“Los zombies son nuestros amigos,” sentencia Hipnoseta. “Son unos incomprendidos que desempeñan una importante labor en el ecosistema. Deberíamos hacer más por acercar nuestras posturas.”

 

 

“Algunos dicen que Patatapum, la patata explosiva, es muy vaga, que lo deja todo para el último minuto. Ella no dice nada; está muy ocupada planeando estrategias de inversión.”

 

 

“El Girasol Gigante produce sol, el componente vital para cultivar más plantas.”

 

El niño

 

 

Rebeca Artavia, profesora guía en Sección A, nos cuenta su mirada sobre el talento de Sebastián. “La creatividad de los niños no tiene límites. A lo largo de mi experiencia trabajando con ellos, he logrado conocer un poco sobre su desarrollo, pensamiento, cualidades y formas de ver el mundo. Es interesante ver cómo su imaginación vuela tan alto que para poder alcanzarla es necesario volver a ser como uno de ellos. Sebastián es un apasionado del arte y de la construcción. Su facilidad para crear detalles tan precisos hace que sus figuras se conviertan en toda una obra de arte. “

 

 

“Observar mientras él forma la plastilina es todo un deleite y algunas veces inclusive, nos hace dudar de nuestra edad. Todos tenemos talentos, algunos ya conocidos y otros por descubrir, pero lo principal es explorar lo que realmente nos apasiona y abrir la puerta a la imaginación. Al fomentar y estimular las habilidades y talentos desde edades tempranas, influimos positivamente en el desarrollo de aprendizaje, además de fortalecer el autoestima y aumentar la seguridad en nuestros estudiantes.”

 

 

En sólo 30 minutos, Sebastián ha creado un mundo en sí. Tiene toda su vida por delante. Quién sabe las historias que nacerán.

 

Texto por Rebeca Artavia y Leandro Natale

Fotografías por Leandro Natale