La educación tradicional trabaja con disciplinas específicas en las que los saberes están agrupados en torno a las mismas. Pero en la vida real, el conocimiento necesario para resolver los problemas requiere de cruces interdisciplinarios y de sinergia. Es por eso, que el enfoque de la escuela es el de propiciar los aprendizajes inter curriculares.
Para ello, se trabaja en crear oportunidades para que los estudiantes puedan poner en práctica lo que aprenden en las materias y, luego, puedan mostrarlo a la comunidad. De eso se trata Steam Fair, la Feria anual de Ciencias de la escuela.
Graham Jackson, el líder del departamento de Ciencias, comentó al respecto: “los estudiantes y los profesores están trabajando en unos proyectos fantásticos. El tema de esta edición se llama “Es un mundo verde” (“It is a Green World”). Sin contar demasiado, he visto estudiantes trabajando en la mejor forma de darle agua a las plantas, cómo reciclar plástico en muebles o artesanías, investigando los principios detrás de la arquitectura ecológica e incluso modelando un tipo de reactor nuclear que funciona con electricidad.”
Por otro lado, Marcela Vega, profesora de Ciencias en JRI y JRII, nos contó sobre el desafío de incorporar el PBL como metodología de trabajo en la consecución de sus proyectos.
“Al comparar cómo se hacía el Steam Fair antes, cuando aún no se hacía PBL estricto, puedo decir que sentí una guía muy especial que orientaba no sólo a los estudiantes, sino también a los teachers. La forma tradicional de hacerlo carecía de una forma clara para guiar a los estudiantes. En Steam Fair, siempre se les ha dado a ellos la oportunidad de elegir un tema que los apasione, del que quieran hablar y desarrollar. Pero, a diferencia de otras veces, ahora al recibir la ayuda de Florencia Morado (Magister, consultora especialista en Innovación Educativa), vimos que el enfoque de PBL va más allá del tradicional Steam Fair, más centralizado en el prototipo”, señala Marcela.
“Ahora se enriquece con un objetivo de aprendizaje, con preguntas que orientan la investigación. El prototipo ya no es lo más importante del proyecto; es más importante la visión del estudiante, qué problema ve en el día a día y cómo puede solucionarlo. A los chicos se les abre una visión diferente. No es sólo: “voy a hacer una patineta con material reciclado, qué bonita, y funciona y estoy ayudando con el ambiente”. Ahora lo más importante es poder armar y sustentar lo que cada alumno hace. Como profesora me sentí muy estimulada, encontré un derrotero a seguir. De esta forma, el método científico funciona muy bien. Los chicos se preguntan cuál es el problema, qué saben al respecto, cómo lo van a solucionar y qué van a hacer. Ahí viene el prototipo, la recolección de datos, y todo está ligado con el objetivo de aprendizaje relacionado con la materia de Ciencias. Se abre el intercambio, el diálogo y la posibilidad de cambiar cuando algo no sale bien. Lo que aprenden durante esas investigaciones basadas en intereses propios nunca se les va a olvidar”, reflexiona.
Algunas de las propuestas que los estudiantes están trabajando son: “Energía Eólica”, “Una estación móvil de investigación”, “¿Agua potable?”, “Re usar las botellas de plástico”, “Corredores biológicos”, “Sistema purificador de agua de lluvia”, “To solve a fishy problem (sobre la sobre pesca)”, entre otros.
Para escuchar la versión de los protagonistas del proceso de aprendizaje, conversamos con Jorge. El tema que eligió fue la “Energía eólica”. Nos contó que el problema que a él le interesa resolver es cómo reemplazar la energía eléctrica tradicional con energía eléctrica limpia. Le consultamos lo que sabía sobre el tema antes de empezar el proyecto. Nos dijo: “Lo que yo sabía era que la producción tradicional de electricidad contamina el medio ambiente. El carbón, el gas natural, el petróleo y la energía nuclear con los que se produce la energía son contaminantes“, manifestó con gran seguridad. “¿Se puede tener electricidad utilizando recursos como el agua y el aire? ¿Cómo funciona la electricidad? ¿Cómo transformar la energía del aire en electricidad?”, fueron algunas preguntas que él se hizo y que guiaron su trabajo.
Jorge nos contó la razón por la cual le interesó este problema en particular: “la energía que usamos actualmente no es renovable, y se va a llegar a gastar, y en ese momento, ocuparemos fuentes renovables, por lo tanto la energía eólica, puede ser una muy buena opción.” Por último, le preguntamos cuál va a ser el producto final para mostrar en la Steam Fair y nos contó que planea construir “una maqueta que demuestre cómo el viento hace energía al girar las aspas de la turbina, lo que prenderá un bombillo, representada por una luz pequeña“.
También entrevistamos a Alicia y Catalina, quienes trabajan juntas en el proyecto “Sistema purificador de agua de lluvia”. Ambas coincidieron en que el problema que quieren resolver “es que muchas personas no tienen acceso a agua potable, y ahí hay mucha agua que se desperdicia cuando llueve.”
Para poder avanzar en su proyecto, ellas nos contaron que necesitan saber cuánta agua usa una persona por día. “También necesitamos saber cuánta agua cae en el techo de una casa (de tamaño regular) cuando llueve“.
Con gran conciencia ecológica, las dos convinieron:”Nos pareció interesante tener una manera de poder usar el agua de la lluvia en nuestras vidas diarias“.
Para el día de la Steam Fair devendrán temporalmente en arquitectas. Ellas planean construir “una maqueta de una casa de 200 cm² que va tener cañerías donde el agua de la lluvia va a caer, de las cañerías, el agua va a caer dentro de la casa, a unos barriles, y después pasará por un filtro del cual caerá dentro de las tuberías de la casa”.
Eva, por su parte, está trabajando en su proyecto “Re-usar las botellas de plástico”. Muy comprometida, ha estado pendiente de la recolección de botellas de plástico en la escuela. Más de una vez, ella viró su atención hacia la caja de enfrente del aula donde se apilaban las botellas que la gente donaba.
Eva quiere “que las personas reutilicen las botellas de plástico haciendo manualidades con ellas, como un florero o una jarra de decoración”. “Yo quiero darles ideas para que no las boten a la basura y para que sepan la cantidad de cosas que pueden hacer con una botella de plástico“, nos cuenta. Una expresión de preocupación ensombrece su rostro. A ella lo que más le preocupa es que “muchas personas no saben lo que pueden hacer con una botella de plástico y éstas terminan en el mar o en ríos“.
Sus ojos resplandecen cuando comenta que ella realmente cree que puede haber un cambio en las costumbres de la gente y que pueden aprender sobre la importancia de re-usar el plástico con fines artísticos o útiles. Su pelo negro y corto resalta el contorno de su rostro, artísticamente, mientras ella imagina todas las manualidades construidas con ese material que mostrará en su stand el día de la Steam Fair.
Problemas reales tan diversos como experimentación animal, disminución de los corredores biológicos, minería irresponsable, deforestación urbana, energías no renovables, falta de reciclado, calentamiento global, contaminación, baja calidad del aire, especies en peligro de extinción, entre otros, son parte de las preocupaciones de los jóvenes.
Ellos también se preocupan por el entorno en el que viven. Después de todo, son ellos y las generaciones venideras las que vivirán con las consecuencias. Pero no sólo se preocupan. Saben que son parte de la solución, no se quedan de brazos cruzados. Saben que el cambio depende de ellos, por ello, están planeando y diseñando las soluciones científicas del futuro.
Texto por Alicia Nieva
Fotografías por Leandro Natale