Los aromas exóticos y familiares se sienten en los pasillos de la escuela. Un grupo de estudiantes de camisas celestes rodean una olla humeante, mientras preparan los ingredientes para cocinar varios platos de la gastronomía china, guiados por su profesora de Mandarín, Wen Li.

Y es que las clases de Mandarin en Tree of Life International School permiten a los estudiantes aprender, además de un idioma, una cultura.

Como parte de esta filosofía, la profesora Wen Li invitó a sus estudiantes de JRI a experimentar los sabores y las historias de China.

La meta de aprendizaje de esta actividad era que “los chicos pudieran reconocer más caracteres del tema de comida, conocieran la gastronomía china y adquirieran vocabulario, además de escribir en orden usando palabras marcadores”, nos cuenta Wen.

 

Uno de los desafíos era lograr que los chicos lograran reconocer caracteres y escribirlos en el orden correcto. El problema que descubrió Wen es que “había estudiantes que no entendían la lógica del idioma, por eso no eran capaces de hacer frases con las palabras que conocían”.

Para remediar esta situación, Wen pensó actividades divertidas y motivadoras en las cuales, a través del contacto con la cultura china, los estudiantes pudieran practicar la lectura y la escritura. Para ello, planeó una actividad gastronómica en la cual los estudiantes aprendieron a leer recetas y a cocinar platos chinos.  Los chicos leyeron la historia del plato pescado agridulce de xī hú y luego hicieron un resumen.

En la cocina de la escuela, Samba y Felipe prepararon dà sū niú ròu miàn (fideos con res), Jorge, Mariangel, Jimena, Santiago hicieron suān là fěn (fideos picante u ácido), y Connor preparó un postre que se llama lóng xūn táng!

 

Los estudiantes prepararon fideos con res como parte de su aprendizaje de vocabulario gastronómico.

Le pedimos a Wen que nos contara la historia del plato de pescado que inspiró toda la actividad y así lo hizo.

“Hacía mucho tiempo había dos hermanos, de los cuales, el mayor tenía una esposa muy guapa. La fama de su belleza llegó hasta el jefe de la mafia local que ordenó matar al hermano y se casó con su viuda. El hermano menor intentó pedir justicia frente a la policía, pero nadie le hizo caso por la corrupción, entre la mafia y la policía.

Una noche la esposa y el hermano menor se sentaron juntos y ella cocinó este plato, el cual tenía un sabor extraño por ser agridulce. Cuando él preguntó sobre el sabor, ella dijo que ese plato tenía el sabor ácido y dulce, como la vida de una persona, ésta puede ser buena con muchos éxitos, y puede ser ácida, como el sufrimiento.  “Cuando comas este plato”, le dijo la cuñada, “no olvides que la gente sufre por la corrupción. Tú eres joven, tienes que trabajar duro, y cuando seas exitoso, no olvides a tu hermano mayor que  murió por culpa de la corrupción y de la mafia”. Luego de ese día, el hermano menor se escapó para que no lo atraparan. Veinte años después volvió al pueblo ya muy exitoso, y buscó a su cuñada, pero no la encontraba. Hasta que en una gala comió un plato y reconoció el sabor y allí preguntó quién lo había cocinado, y así logró encontrar a su cuñada. La encontró y se fueron a vivir juntos en un lugar apartado, pescando y en tranquilidad”.

 

Samba prepara los ingredientes para su receta con la guía de Wen quien le habla en Mandarín.

Para Wen la importancia de estudiar Mandarin radica en despertar la curiosidad de los chicos hacia otra cultura. Su meta como profesora es lograr que los alumnos  tengan “una mente abierta hacia una persona diferente, una sociedad diferente y una cultura diferente”.

Wen nos expresa: “Tenemos que enseñarles cómo tomar decisiones con una actitud responsable. Y si lo entendemos de esta manera, Mandarín entonces es una opción.  Una opción para abrir los ojos, para entender la diferencia, para enriquecer el pensamiento. Y frente a una opción, algunas personas toman riesgo y responsabilidad y tendrá una experiencia o vida diferente y más rica, (rica en el sentido de personalidad) que la mayoría, mientras que algunas personas permanecen conservadoras y tendrán pocas cartas en las manos”.

Wen Li es una profesora que busca soluciones creativas para inspirar a sus alumnos a aprender Mandarín y una cultura nueva para ellos.

Le pedimos a Wen una reflexión sobre el aprendizaje de Mandarin y las actividades creativas con las cuales los motiva. “A mí me motiva mucho también ver chicos con muchas ganas de aprender Mandarín. De entender la cultura. Pero Mandarín es un idioma muy diferente al español o inglés. La diferencia no sólo está entre las líneas, sino en la manera de pensar. Pero antes de llegar a entender la lógica de un idioma siempre hay que acumular vocabularios”.

Su desafío como profesora es lograr que los chicos aprendan a reconocer los caracteres. Wen busca que los estudiantes profundicen su conocimiento del idioma, más allá del Pīn yīn. Para que el día de mañana, los chicos puedan leer textos más profundos y divertidos y disfruten de la experiencia inmersiva que les da otro idioma.

Mientras tanto, sus alumnos alimentaron su estómago con los deliciosos platos preparados en la cocina de Tree of Life. Pero también alimentaron su alma, con las enseñanzas milenarias de la historia del pescado agridulce.  Y alimentaron sus mentes con los desafíos que los caracteres y la adquisición de un idioma completamente diferente, les propone cada día.

 

Entrevista por Alicia Nieva

Entrevistada: Wen Li

Fotografías por Leandro Natale