Tree of Life International School se destaca por su Programa de Mandarín, el cual se imparte desde la temprana infancia hasta el egreso de los estudiantes.

Conversamos con tres jóvenes, un egresado y otros dos de los últimos años, quienes nos cuentan sobre su experiencia estudiando este idioma en la escuela.

 Antonio Muñoz, egresado

Antonio Muñoz, de 18 años, es egresado de la cohorte 2020 de Tree of Life International School.

¿Cómo fue tu experiencia estudiando un idioma como Mandarín en la escuela?

Fue muy provechosa. En el momento en que me di cuenta de que tenía que estudiar Mandarín, me gustó la idea y decidí sacarle provecho. Por supuesto, hay momentos en que se vuelve tedioso y cansador ser constante y estudiar tanto tiempo un idioma, que a la vez, es tan difícil.

¿En qué aspectos crees que estudiar Mandarín te ha beneficiado o resultado útil?

A mí, en lo personal, estudiar Mandarín me ha beneficiado un montón. No sólo con aspectos cognitivos y de mejora, sino profesionalmente, pues apliqué a una beca completa con la Casa Amarilla de Costa Rica y me la aceptaron. Estoy estudiando en este momento en una universidad en China, un año de Mandarin completo, para luego estudiar cuatro años de una carrera que me apasiona que es Ingeniería mecánica, con énfasis en Energía, en Shanghai Jiao Tong University, una de las mejores universidades (no sólo de China, sino del mundo). Todo esto gracias a que empecé a estudiar Mandarin en Tree of Life. Si no hubiera sido por esa puerta, no estaría ahí.

Antonio fue aceptado con beca completa en Shanghai Jiao Tong University gracias a su nivel de Mandarín.

¿Cuáles fueron los mayores obstáculos en el proceso de aprendizaje de este idioma?

Uno de los mayores obstáculos es familiarizarse con un alfabeto completamente diferente. Olvidar todo lo que usted sabía de un idioma para aprender de cero, uno nuevo. Memorizarse cada uno de los caracteres, todas las palabras del mundo en un caracter chino. Es un proceso largo, que no tiene atajos, es ir palabra por palabra memorizándola. Es bastante complicado.

Las clases en el cole a veces podían ser tediosas y lentas, al ser tantos estudiantes, había que adecuarse a un ritmo en el cual todos pudieran aprender. Quizás el ritmo de aprendizaje podía ser un poco lento, en comparación al que tengo ahora en mis clases de la universidad.

¿Recomendarías a otros jóvenes estudiar Mandarín?

Recomendaría que otros jóvenes estudien Mandarín, sí, por supuesto. Sin embargo, se necesita motivación para hacerlo. Si no se tiene motivación para aprender y memorizar caracteres, no es tan divertido. Por ejemplo, mi determinación es poder alcanzar el nivel que necesito para estudiar mi carrera de Ingeniería, pero sí recomendaría que otros jóvenes lo hicieran para no cerrarse las puertas de la vida.

 

Viviana Hidalgo, Undécimo

A Viviana el Mandarín le abre horizontes a culturas nuevas y le da más flexibilidad.

¿Cómo fue tu experiencia estudiando un idioma como Mandarín en la escuela?

Tengo una muy buena experiencia. Hace dos años años que lo estudio y ya estoy en nivel Intermedio. Me gustan mucho las actividades que hace la profesora (Wen Li), su método es muy dinámico. Aprendemos sobre la cultura china mientras aprendemos el idioma. Es una experiencia muy creativa e interesante.

¿En qué aspectos crees que estudiar Mandarín te ha beneficiado o resultado útil?

A mí me ha resultado útil por el aprendizaje de la cultura china. Yo siento que uno tiene formas muy estereotipadas de ver las culturas, y haber estudiado sobre China, aprendiendo Mandarin, me abrió un montón y me sensibilizó. Aprendí sobre su idioma, sus raíces, cómo evolucionó, cómo tanta gente lo habla y puede ser un idioma del futuro.

El Mandarín desafía a Viviana a ser más disciplinada.

¿Cuáles fueron los mayores obstáculos en el proceso de aprendizaje de este idioma?

Uno de mis mayores obstáculos fue la disciplina, pero eso va más allá del idioma. Tener estructura fue difícil. A veces, también me costó relacionar caracteres con pronunciación, pero la profesora nos ha puesto ejercicios y nos ha explicado tanto que me ayudó. También me costaba la pronunciación, pero ya voy mejor.

¿Recomendarías a otros jóvenes estudiar Mandarín?

Lo recomendaría, porque es un idioma muy interesante, nos expande. Nada que ver con el inglés y el español, que son más parecidos. Es completamente diferente. Estudiar un idioma distinto ayuda a los jóvenes a tener mentes más creativas, más flexibles, a expandir su conocimiento. Yo siento que es importante para nuestro desarrollo.

 

Matías Calvo, Décimo

Para Matías, el Mandarín promete un futuro beneficioso, sobre todo en el área laboral.

¿Cómo fue tu experiencia estudiando un idioma como Mandarín en la escuela?

A mí el Mandarín me ha gustado mucho. Llevo aquí cinco años, y, durante todos esos años, lo he estudiado. Es una de las pocas materias que me gusta mucho; pero al mismo tiempo, me cuesta mucho aprender, familiarizarme con los caracteres y el idioma en sí. Me parece muy interesante la cultura, cómo se habla.

¿En qué aspectos crees que estudiar Mandarín te ha beneficiado o resultado útil?

Por el momento no me ha resultado útil, pero sé que si salgo del cole sabiendo bastante ese idioma, sí me parece que tendría muchas oportunidades de conseguir un trabajo.  Es otro idioma. Es como hablar alemán, italiano; me abre muchas más puertas que saber sólo español e inglés.

¿Cuáles fueron los mayores obstáculos en el proceso de aprendizaje de este idioma?

Creo que uno de los mayores obstáculos es la consistencia. Requiere de eso, para poder lograrlo. De hecho, ahora que lo pienso, me pasa que cuando vuelvo de vacaciones pierdo lo avanzado. Porque un idioma es práctica. El año pasado salía sabiendo bastante y entraba perdiendo bastante por la falta de práctica. Creo que es fundamental ser constante.

¿Recomendarías a otros jóvenes estudiar Mandarín?

Sí, recomendaría a otros jóvenes estudiarlo, porque abre puertas y además, es interesante saber cómo viven, cómo hablan, aprender la cultura de un país tan lejano. Creo que puede traer muchos beneficios.

 

Abrir puertas, expandir la mente, adquirir mayor flexibilidad, conocer culturas lejanas y salirse del estereotipo sobre cómo son los otros. Estas son algunas reflexiones que surgen de conversar con Antonio, Viviana y Matías, tres jóvenes que han tenido la oportunidad de aprender Mandarín en la escuela Tree of Life.

En una época de diversidad cultural, intercambios tecnológicos y cambios acelerados, el Mandarín es un valor más para las nuevas generaciones que saben que aprender un idioma nuevo es también aprender un nuevo modo de pensar.

 

Entrevista por Alicia Nieva

Entrevistados: Antonio Muñoz, Viviana Hidalgo y Matías Calvo.

Fotografías por Leandro Natale